Una tarde




Una tarde otoñal con mucho frio, estaba sentado en un banco de un parque muy apenado y abatido,
de pronto escuche una voz muy dulce y serena que me preguntaba porque de mi estado.
Yo entre sollozos le dije que estaba así por que una persona muy especial para mi estaba mal
y no podía hacer nada, que quisiera curarla y cuidarla pero no podía hacerlo.
La voz me volvió a hablar diciendo calma tu sufrimiento por ella,
que si la estas cuidando para que se cure, aunque tu no lo sepas ver.
De mis ojos broto un llanto pues pensaba que me lo decía para consolarme de mi apenado estado.
La voz volvió hablar dulcemente diciéndome tus deseos los saben los cielos
y cada vez que te acuerdas de ella con todo tu cariño la estas ayudando.
Dedicado a la que es como si fuera mi hermana
la que me regaña cuando hago algo mal y me corrige por mi bien