La batalla



La hora de la batalla final se acera
Cuando este caído casi vencido totalmente y muy sucio, vendrás tu me cojeras de la mano,
me levantaras, me dirás tranquilo todo ya termino, no te reconoceré.
Con toda ternura y suavidad me limpiaras la cara y mis ojos,
se abrirán y veré quien me ha levantado uno de mis ángeles de luz.
Después me llevaras a un lugar para descansar quitaras toda la ropa sucia y maloriente,
bañándome en un baño de agua tibia, con delicados y suaves perfumes de amor y paz.
una vez todo limpio vendrán el resto de ángeles con el de mi luz el cual me dará la luz suficiente
para ponerme de nuevo de pie victorioso sereno feliz y tranquilo