Aprendi de la vida



Aprendí que no es un camino de rosas, si no un camino de espinas que duelen.

Aprendí que hay muros que por grandes que sean se pueden superar, siempre hay un sitio para pasar.

Aprendí que cada vez que me caía siempre tenía una mano amiga que me ayudada a levantarme.

Aprendí a no rendirme, por difíciles que fueran las cosas